Especial para Claridad
Los 80 de Juan Mari Brás
Diciembre 2007


En una entrevista que le hice al líder independentista y patriota Juan Mari Brás para Radio Universidad de Puerto Rico me confesó que su oficio preferido era el periodismo. Creo que puedo afirmar sin lugar a equivocarme que el periodismo ha sido para Mari Brás más que un oficio, más que una profesión, una vocación. El periodismo para él ha sido como un hilo conductor que atraviesa todas sus iniciativas y esfuerzos profesionales y patrióticos.
Se inició como periodista radial cuando todavía era un adolescente, con el programa de 15 minutos Gritos de la Patria, que se transmitió diariamente por la estación WPRA de Mayagüez en el 1944. Corrían los tiempo en que existía la censura previa por lo que Juan Mari, contando con sólo 17 años, aprendió a estructurar sus ideas de prisa y a escribirlas en maquinilla con rapidez para someter el guión a los censores. Ese aprendizaje es imprescindible para los periodistas de todos los medios, aún para quienes como Juan han trabajado principalmente en semanarios.
Al programa Gritos de la Patria, le siguió en el 1946 su primer trabajo periodístico asalariado en el periódico La Torre de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, por el cuál recibía quince dólares mensuales. Allí se desempeñó como reportero y luego jefe de redacción. Mari Brás cursaba sus estudios de bachillerato en ciencias sociales, más en La Torre, bajo la tutela del periodista y profesor José (Pirulo) Hernández aprendió no sólo el abc del reporterismo escrito sino que además desarrolló las destrezas que más adelante le convertirían en uno de los principales columnistas del país.  Trabajó con los periódicos El Universitario y Vanguardia, una vez que La Torre deja de operar como un periódico abierto al estudiantado y el rector Jaime Benítez lo identifica como “de la administración”.
En su vida de periodista universitario, cuasi profesional, Mari Brás entra en contacto con compañeros que más adelante se destacarían en el periodismo comercial oficial del país y también en el patriótico. Me refiero al mismo Pirulo Hernández, José Gil de Lamadrid, José Orlando Grau, Julio César López, Juan Ortiz Jiménez, Abelardo Díaz Alfaro, Wilfredo Braschi y José Antonio Ortiz. Ellos trabajaron en El Mundo, El Imparcial, la fundación de la WIPR, WKAQ Radio Reloj y otros. De hecho, entre los periodistas homenajeados por la Asociación de Periodistas de Puerto Rico como “forjadores del periodismo del Siglo XX”, en ocasión de la celebración del bicentenario de la prensa en Puerto Rico, estaban Pirulo Hernández y Juan  Ortiz Jiménez.
Una vez expulsado de la UPR en el 1948, Mari Brás volvió a la radio para desempeñarse como locutor de cabina en la WECW, allí dirigió el radioperiódico La Nación con el lema “con las noticias que usted leerá mañana en la prensa”. En San Juan, junto con Juan Ortiz Jiménez –y con el apoyo financiero de Efraín Archilla Roig—funda en la WKBN el Radioperiódico de la Mañana, que funcionó durante varios meses.
Todos estos esfuerzos periodísticos de Mari Brás, tanto para adelantar la independencia de Puerto Rico, como para ganarse un sustento, tuvieron corta duración. No sería hasta la creación, junto a César Andreu Iglesias, del periódico Claridad, que trabajaría en un medio de larga vida. Este periódico a pesar de los avatares de las luchas patrióticas puertorriqueñas ha sobrevivido hasta alcanzar casi el medio siglo.
En Claridad, fundado en el 1959, Mari Brás puliría su estilo diáfano como periodista y columnista. Es un estilo sencillo y profundo a la vez como debe ser el buen periodismo. Mari Brás es un periodista político en la mejor tradición del periodismo que vivió con fuerza en el Puerto Rico del Siglo XIX y que todavía tiene excelentes representantes de diferentes ideologías. En la serie de Cuadernos del Ateneo se publicó en el 1997 un volumen dedicado a su obra periodística que recoge 50 de sus columnas escritas entre el 1959 y el 1994.
Cuando se leen estas columnas cuidadosamente, como lo hice con mis estudiantes del Programa Graduado de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico,  podemos apreciar el respeto por el género que tiene Mari Brás. Es fácil analizar cada una de las columnas con un diagrama sencillísimo de cinco partes desarrollado como parte de los estudios de periodismo: 1). introducción,  con anclaje al tema del momento que da pie a la columna, 2). hipótesis que propone, 3). explicación del tema, con argumentos a favor de la hipótesis, en ocasiones se analiza desde varias perspectivas, 4). conclusión, y, 5). solicitación de opinión o recomendaciones para la acción. En la selección del tema y desarrollo de la columna siempre se debe tratar de ir más allá de lo efímero  para alcanzar un pensamiento que sobreviva los tiempos. Las columnas de Mari Brás retienen importancia política e histórica aún después de transcurridas cinco décadas del momento en que se escribieron. Así de vivo es su lenguaje y de actual su contenido.  Esa es la maestría de Juan Mari Brás, el periodista.
En Claridad se ha desempeñado en todas las funciones que realiza un periodista, a saber, reportero (en algunas ocasiones con seudónimo), columnista, editorialista, corrector, diagramador, titulista, y director. Actualmente sigue siendo uno de sus columnistas principales y miembro de su Junta Directiva.
Una vez establecido y desarrollado el periódico Claridad, Mari Brás cultivó el arte y la ciencia del buen periodismo en El Mundo, diario que tuvo una longeva existencia en nuestro país (1922-1987) y que abrió sus páginas a muchos periodistas y políticos que disentían de su conservadurismo editorial. Una vez se leen las memorias de Mari Brás, no es extraño  entender que también incursionó en una empresa difícil en los años ochenta, la fundación de una  agencia de noticias llamada Pulso Caribeño. No sé cuántos artículos se enviaron a diferentes periódicos del Caribe, pero sí se que yo misma colaboré con una o dos notas.
El periplo de Mari Brás en el periodismo lo llevó a fundar en 1983 con su amigo de siempre Juan Noriega un programa de televisión de debate político titulado Impacto y que contó con la participación de Celeste Benítez en la silla estadolibrista y Juan Manuel García Passalacqua en la estadista. Para esos años también participaba en un programa de debate político en la radio, transmitido nacionalmente desde Mayagüez. Es importante señalar que en el debate mediático, así como ha sido siempre en sus columnas, el estilo de Mari Brás ha sido vertical y firme, pero siempre respetuoso con sus adversarios, lo que lo distingue de muchos periodistas y politólogos de la radio.
Menciono el periplo de Mari Brás en el periodismo porque con mucha soltura ha circunvalado los medios, desde la radio de sus años mozos en la década de los cuarenta hasta los medios electrónicos de los ochenta. Y como una constante en su vida está el periódico Claridad. Su periódico. Que se entienda que Claridad no es de su propiedad física, sino una publicación hija de su intelecto y de su compromiso patriótico. Si lo viéramos gráficamente en una caricatura, nos podríamos imaginar su cerebro, y de él, saliendo como un rayo, Claridad.
No podría concluir esta nota sin recomendar al maestro periodista Juan Mari Brás que incursione además en la Internet, no sólo en la página de Claridad, dónde hoy podemos leer su columna lúcida  “El chantaje federal”, sino también con su propia página. Juan Mari Brás cuenta con por lo menos un puñado de comunicadores, parientes muy cercanas y amigos fanáticos, que bien podrían colaborar en el esfuerzo importante de divulgar planetariamente su extraordinaria obra periodística. De Puerto Rico y sobre Puerto Rico para el mundo, a través de la red.


Fuentes:
Mari Brás, Juan. Juan Mari Brás: periodista. Selección de su obra periodística 1959-1994.. San Juan, Puerto Rico: Editorial del Ateneo de Puerto Rico, 1997.
Mari Brás, Juan. Memorias de un ciudadano. Mayagüez, Puerto Rico: Ediciones Barco de Papel, 2006.
Valle Ferrer, Norma. “Muchas columnas y pocos columnistas”,  Dos siglos de  periodismo en Puerto Rico, Maritza Díaz Alcaide, editora. San Juan de Puerto Rico, Asociación de Periodistas de Puerto Rico, 2003.